Tradiciones
y Costumbres
Cada
país, cada pueblo habla de si mismo a través de sus
manifestaciones artesanales, estas representan y expresan
sus vivencias y necesidades pues son obras que generalmente
tienen un fin ya sea decorativo o práctico, con frecuencia
llevan el sello de sus creadores por lo que suelen ser
especiales y numerosas veces identifican a una región ó
estado, nuestra expresiones artesanales son muchas:
elementos decorativos, comidas y bebidas, cerámicas, cesterías,
licores, papelería, pinturas, tejidos, zapatería,
vestimenta, orfebrería, adornos, tallas y objetos de
madera, construcciones, mueblerías, chinchorros y
hamacas…entre muchas otras son algunas de las expresiones
artesanales que se encuentran en Venezuela; a través de
ella expresamos lo que es nuestra gente, como es nuestra
forma de vida y que lleva en el alma nuestro pueblo.
Virgen de La Chiquinquirá (La Chinita)
Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Maracaibo
El mes de noviembre es de especial significación para el
pueblo zuliano, ya que durante el mismo se llevan a cabo las celebraciones en
honor de la Chinita (equivalente zuliano de guajirita) o Virgen de la
Chiquinquirá. Es por este motivo que durante estos días, la gaita suena con
especial frenesí y alegría en todo el Zulia. De las numerosas fiestas en honor
a la Virgen, quizás la más impresionante sea el llamado Amanecer Gaitero, en
el que el pueblo de Maracaibo se congrega en la madrugada del día 18 en la
plazoleta de la Basílica, para cantarle a la Chinita las Mañanitas y el
Cumpleaños Feliz.
De acuerdo con la tradición zuliana, la Chinita llegó a
Maracaibo sobre las olas del lago. Cuenta la historia que un día del año 1749,
una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del lago de
Maracaibo, cuando repentinamente vio flotando una tablita de madera fina, la
cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua
que tenía en el corredor de su casa. A la mañana siguiente, cuando estaba
colando el café, la mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera
llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó sobrecogida de asombro al ver que
la tablita brillaba y que aparecía en ella, la imagen de Nuestra Señora de
Chiquinquirá. Por tal motivo, la mujer comenzó a gritar ¡Milagro! ¡Milagro!,
por lo que de ahí proviene el nombre de El Milagro a la actual avenida junto al
lago, donde estaba la casita de la lavandera. Luego de lo sucedido, numerosas
personas acudieron a presenciar el prodigio, convirtiéndose por esto la casa de
la humilde mujer en un lugar de veneración de la Virgen por parte de múltiples
creyentes.
Al tiempo de lo acontecido en casa de la humilde lavandera, las
autoridades de Maracaibo decidieron realizar una procesión en honor de la
Chinita. Cuenta la leyenda, que la Virgen era llevada en hombros por dos hombres
elegidos por el propio Gobernador, cuando al doblar una esquina, la imagen se
puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos
ruegos al cielo y súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó:
Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y
prefiera la de San Juan de Dios.
Según la tradición popular, estas palabras se tomaron como
una inspiración divina, ya que, la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia
de la gente humilde de Maracaibo y la imagen recuperó su peso normal. Es por
esto, que desde ese día, la Virgen de la Chiquinquirá, la querida Chinita,
protege desde su templo, hoy basílica, al pueblo zuliano.
La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Maracaibo
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