Tradiciones
y Costumbres
Cada
país, cada pueblo habla de si mismo a través de sus
manifestaciones artesanales, estas representan y expresan
sus vivencias y necesidades pues son obras que generalmente
tienen un fin ya sea decorativo o práctico, con frecuencia
llevan el sello de sus creadores por lo que suelen ser
especiales y numerosas veces identifican a una región ó
estado, nuestra expresiones artesanales son muchas:
elementos decorativos, comidas y bebidas, cerámicas, cesterías,
licores, papelería, pinturas, tejidos, zapatería,
vestimenta, orfebrería, adornos, tallas y objetos de
madera, construcciones, mueblerías, chinchorros y
hamacas…entre muchas otras son algunas de las expresiones
artesanales que se encuentran en Venezuela; a través de
ella expresamos lo que es nuestra gente, como es nuestra
forma de vida y que lleva en el alma nuestro pueblo.
María
Lionza
Durante
la Semana Santa y el Día de la Raza (12 de octubre), son
numerosas la peregrinaciones a la montaña de Sorte, la cual
se encuentra ubicada cerca de Chivacoa, en el estado de
Yaracuy. A este lugar llegan los devotos con el objeto de
hacerle todo tipo de peticiones a María Lionza, las cuales
puede ir desde la cura de enfermedades, la solución de
problemas de amor, hasta la obtención de riqueza o poder.
Para que los favores les sean concedidos, los creyente
eligen un rincón en el bosque o un recodo en el río, donde
construir un altar desde donde invocarla. El altar en cuestión
se decora con fotografías, figuras estatuillas, vasos con
ron o aguardiente, tabacos, cigarrillos en cruz, flores y
frutos. Asimismo, el altar debe estar presidido por la Reina
María Lionza, quien en el mundo del espiritismo es la
"monarca de cuarenta legiones, formadas por diez mil
espíritus cada una". Al lado de la Reina, colocan a
Guaicaipuro, el cacique que luchó valientemente contra los
conquistadores españoles en el valle de Caracas y que
preside la Corte Indígena; y al otro lado, colocan al Negro
Primero, el único negro con rango de oficial en el ejército
de Bolívar, que preside la Corte Negra.
El
culto a María Lionza se remonta al tiempo previo a la
llegada de los españoles a territorio venezolano en el
siglo XV. Los indígenas que habitaban lo que hoy se conoce
como el Estado Yaracuy, veneraban a Yara, Diosa de la
Naturaleza y del Amor. De hecho, según algunos lingüistas,
el vocablo Yaracauy significa "lugar de Yara". De
acuerdo a la descripción que los indígenas hacían de
Yara, ésta era una mujer triste de grandes ojos verdes,
pestañas largas y amplias caderas. Olía a orquídeas, su
sonrisa era dulce y melancólica, los cabellos lisos y
largos hasta la cintura, con tres hermosas flores abiertas
tras las orejas. Según la leyenda, Yara quien era una
hermosa princesa indígena, fue raptada por una enorme
culebra dueña de las lagunas y los ríos, que se enamoró
de ella. Enterados los espíritus de la montaña de lo hecho
por la culebra, decidieron castigarla haciendo que se
hinchara hasta que reventara y muriera. Tras esto, eligieron
a Yara como dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre
protectora de la naturaleza y reina del amor. El mito de
Yara sobrevivió a la conquista española, aunque sufrió
algunas modificaciones. En este sentido, Yara fue cubierta
por la religión católica con el manto de la virgen
cristiana y tomó el nombre de Nuestra Señora María de la
Onza del Prado de Talavera de Nivar. Sin embargo, con el
paso del tiempo, sería conocida como María de la Onza, o
sea, María Lionza.
El
culto a María Lionza cobró una gran fuerza en la década
50 del siglo XX, durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez,
quien mandó que se erigiera en la autopista del este, cerca
de la entrada de la Universidad Central de Venezuela, una
estatua de ella montada en una danta, la cual se mantiene
hasta nuestro días y en la que se le hacen numerosas
ofrendas florales.
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